En terribles condiciones de vialidad e inseguridad se encuentran las instalaciones del CENDI de Nanchital, mismos que se ubican en terrenos de la ex factoría de Pemex, donde no hay alumbrado público, el acceso es difícil para los padres de familia, además de peligroso, por la zona en que se ubica.

En Noviembre del 2012, directivos de Petróleos mexicanos y dirigentes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, llevaron a cabo la inauguración del millonario Centro de Desarrollo Infantil, que costó a la paraestatal 22.7 millones de pesos, en el que se le dará atención a 120 infantes, hijos de madres petroleras.

Sin embargo, a  casi 3 años de que el ex director de Pemex, Juan José Suarez Coopel, así como del líder nacional del sindicato petrolero, Carlos Romero Deshamps, realizaran la inauguración de este este inmueble al que titularon “Viviana”, como tributo a la esposa del ex director de la paraestatal, es hoy uno de los proyectos en decadencia.

A la fecha, el CENDI de Nanchital carece de alumbrado público externo, los padres de familia llegan a tempranas horas a dejar a los niños y se enfrentan con la oscuridad del camino, además de que ingresar a la portada principal de  la estancia infantil, es todo un reto para los tutores, pues el camino está lleno de hoyancos, lo que incrementa la inseguridad.

La edificación de este Centro de Desarrollo Infantil para hijos de madres petroleras, se realizó  con una inversión de 22 millones 700 mil pesos, mismo que se construyó en 3 mil 700 metros cuadrados de terrenos dados en comodato por el municipio de Nanchital, en favor de la paraestatal; se trata de terrenos que Pemex había dado a esta ciudad para la realización del parque industrial.

El inmueble, cuenta con un edificio administrativo, espacios de trabajo social, psicología, pediatría, odontología y servicio de cómputo, un espacio infantil, en el que se ubica la zona de control,  8 aulas para lactantes, maternal y preescolar, comedores, espacio para visita y un salón de usos múltiples, además de un edificio de servicios, en el que hay una planta de emergencia, sub estación eléctrica, bodega y caseta de vigilancia, según lo anunciado por la paraestatal en noviembre del 2012.

Con una capacidad de atención de 120 infantes, el CENDI está en decadencia, la zona en donde se ubica es poco segura, carece de vigilancia, no hay alumbrado público y las calles son trampas para el persona, padres de familia e infantes que diariamente deben hacer uso de este acceso.