Nanchital Ver. 
Liliana Corona Sayune/Sayune.com 

Hablar del tema de las invasiones, es tocar fibras sensibles de
quienes están a favor y de quienes están en contra de estas prácticas
que realizan las personas que se justifican bajo su derecho de tener un lugar donde vivir.

La situación no es nada sencilla, contando que desde el el 2014 inició esta movilización fuera de control por personas organizadas por grupos como Antorcha Campesina y la UGOCP, principalmente, quienes
argumentando que  no tienen un lugar a donde vivir, han talado por lo menos 5 mil  árboles tan solo al principio de esta situación, según los datos aportados por las entonces autoridades y que se registran en el archivo municipal. 

En el mismo año, 250 familias se asentaron en los terrenos conocidos en ese entonces como la Plaza de Toros, ubicada a la entrada del Fraccionamiento San Miguel Arcángel y para el 2 de Julio del 2015, se registró el desalojo de dichas familias; la fuerza pública con una orden en mano liberó con maquinaria pesada los terrenos, pero el peso
de las organizaciones valió más que el sustento jurídico de la sección 11 del Sindicato Petrolero y a la fecha, el predio nombrado El Rodeo, sigue en manos de los antochistas, quienes han construido casas bien
cimentadas y de mejor calidad que las que existen en muchas colonias de Nanchital.

Para entonces, la subgerencia de PEMEX  advirtió que estaban
invadiendo terrenos donde atravesaban por lo menos 12 ductos de hidrocarburo: ¡a nadie le importó!.

Para  el 2016 se registró una segunda tala de árboles, dejando sin hábitat  a cientos de animales silvestres como tortugas, mapaches, serpientes, pájaros carpinteros, por citar algunos, murieron y/o tuvieron que huir ante la invasión de su hábitat.

La situación, ha sido un verdadero dolor de cabeza para el gobierno local, quienes poco han podido hacer ante la resistencia social y desde luego,  la confrontación  y el costo político que esto representa.

A finales del 2017, se registró la invasión de los terrenos que
circundan la unidad deportiva José María Morelos y Pavón; por lo menos 7 hectáreas habrían sido acaparadas sin importar el paso de ductos activos de Pemex, destacando un oleoducto de 12 pulgadas y pese a las
advertencias de Protección Civil de no realizar la quema de pastizales y el exhorto de la paraestatal por desalojar, la situación permanece.

Para abril del presente año, la alcaldesa de Nanchital, Zoila Balderas Guzmán, entregó a la dirección Estatal de Protección Civil del Estado, un reporte sobre la situación de las invasiones, “los invasores con el desmonte de terrenos y la quema de pastizales profundizan en las excavaciones para sostener sus viviendas, situación
que podría alcanzar los ductos del subsuelo, propiedad de Pemex”, puntualizó la munícipe ante Guadalupe Osorno Maldonado, Secretaria de
Protección Civil del Estado. La respuesta: el silencio de la
dependencia estatal y de Petróleos Mexicanos.

Ya para finales de febrero del presente año, se registró la última
invasión: el perímetro de la colonia San Miguel Arcángel había sido tomado…ya no se sabe por quién; hubo muchos rostros conocidos de esos que piensas que no necesitarían un pedacito para vivir.

Se trata de una situación de seguridad: Nanchital puede “volar” el pueblo por la perforación de algún ducto.

A Nanchital han llegado cientos de personas provenientes de otros lugares a quienes los nanchitecos también responsabilizan de muchas
acciones de seguridad, entre ellas los robos a casa habitación.

 

Se trata de una situación política: nadie quiere pagar el costo
político que conlleva el tema de invasiones.

 

Se trata de una situación de presupuesto: habiendo más asentamientos
irregulares, se requieren mayores servicios. Y si, los grupos que han acaparado los terrenos, ya han exigido a las autoridades que les pongan los servicios básicos.

 

Mientras tanto, la invasión de cualquier espacio verde o “desocupado”,
es latente. Total: a la fecha no hay responsables sobre dichas acciones.