LA ANTIGUA MINA DE SAL DE ACALAPA 2

16-Diciembre-2020

R. Olán.

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Este Reporte describe en sus páginas 201 y 202:


“A cerca de 6 millas al este de Ishuatlán [Ixhuatlán], hay un manantial sulfuroso y salado. En estas
inmediaciones hay también un manantial de petróleo, producido por la descomposición de las
materias vegetales existentes en estas lutitas. La cantidad que sale es muy considerable, y por su
pureza, sería un artículo valioso de recolectar. Se endurece rápidamente convirtiéndose en asfalto,
del cual, se recogen pedazos de partículas en el Uspanapa [Uxpanapa], y alrededor de la base
oeste del Cerro de Acalapa. Cerca de Moloacán se encuentra lignito [carbón mineral], y corindón
[mineral formado por óxido de aluminio] en San José [Tancochapa]”.
Y en la página 291, menciona:
“Más allá, en el potrero de Ojapa, hay un charco de agua sulfurosa, y cerca de la base occidental
del Cerro de Acalapa, una mina de sal de piedra [sal gema], que en tiempos pasados, se trabajó
extensamente, pero ahora está abandonada y expandida. La lutita en este punto es negra y muy
carbónica, y la abundancia de mineral de hierro [hematita roja] en toda esta localidad, merece
mención particular, y puede eventualmente justificar la instalación de un horno de fundición para
su degradación y uso.
Abundando en este tema, podemos referirnos al libro titulado <Boletín de la Sociedad Mexicana
de Geografía y Estadística, Tomo VI, publicado en 1858, que en sus páginas 167 y 168 relata:
ASFALTO Y SAL GEMA
“Damos publicidad al siguiente documento, que creemos interesante, atendiendo a que se
presenta un nuevo objeto de riqueza, que podrá ser explotado con ventaja por algún inteligente.
Secretaría del Gobierno del Departamento de Veracruz.
Sr. D. Benito Quijano. Acayucan, Agosto 20 de 1844.
Muy señor mío y mi respetable jefe:
Un suceso notable, sorprendente y digno del conocimiento de Ud., me hace distraerlo de sus
graves atenciones.
Hace algunos meses fue descubierta a inmediaciones de Moloacán una Salina, que los vecinos
delataron al Gobierno; y como este hallazgo se contaba aquí de diversos modos, exagerando
fenómenos que se hacían increíbles, quise personalmente hacer por mí el examen; pero la
distancia de veinticinco o más leguas, y la consideración de que debía acompañarme de
inteligentes y algunos curiosos que abundan en estas ocasiones, y además alguna gente
trabajadora para hacer exploraciones y vencer la fragosidad del tránsito, cuya empresa
precisamente gravaría mi bolsillo en cantidad que no tengo, desistí; no obstante que, para llevar al
cabo mi proyecto, comisioné al Sr. Dr. D. Federico Hechler, que con los auxilios necesarios pasó al
punto designado, y de vuelta me ha producido su informe en los términos siguientes:
Que la mina indicada dista de Moloacán sobre una legua en línea recta, y por los rodeos del
tránsito algo más de tres; que lo que se llama Mina de sal, es todo el terreno que ocupa un cerro
casi aislado de otra multitud de crestas que siguen ramificadas con dirección a la cordillera; que en
la falda de dicho cerro hay varios pozos, cuya agua, en unos es caliente, hedionda e insufrible,
tanto, que en cuatro horas que duró el examen del Dr. y su comitiva, sintieron todos los efectos de
una fiebre ardiente, dolor de cabeza y convulsión de nervios, que no se les quitó hasta el siguiente
día: estos pozos tienen con ductos cavernosos que se dilatan al interior del cerro en varias
direcciones: otros hay donde el líquido se mantiene en estado de quietud y casi frio, siendo la
composición de unos y otros: alquitrán, azufre y vitriolo en abundancia. -Que el terreno que
circunda por todas partes esas excavaciones naturales, es chapopote endurecido en muchas
partes; en otras, en estado líquido aceitoso; pero en tanta cantidad, que en hipérbole del que da
estas noticias, se acabará el mundo antes que extinguirse ese material; que la sal es muy
abundante, pero amarga, por la acción del betún o alquitrán (adjunto una muestra en rollo
separado, que entregará la estafeta); y finalmente, que un ruido sordo e interior, que impone a
cuantos se acercan a observarlo, anuncia un cúmulo inmenso de combustible en acción, que
precisamente en la estación de los sures cuando por la electricidad central entre en comunicación
ese lugar con la Sierra Madre, se formará un volcán que, en su erupción, va a absorber el pueblo
de Moloacán, y acaso el de Ixhuatlán, convirtiéndose después en un lago como el de Catemaco en
la cima de los Tuxtlas.
Por mi parte, considero de tanto interés la rectificación de estas noticias, que a mi entender no
debe omitirse gasto alguno para aclarar la verdad, pues si la opinión del Sr. Hechler es exacta,
preciso será poner en salvo más de mil y quinientas almas que viven en aquellos pueblos.
Lo interesante de estas noticias, que dentro de poco van a llamar la atención de toda la república,
y hoy vivamente la de Ud., dispensará mi difusión, librando sus órdenes del modo que guste, pues
desea complacerlo y es su seguro servidor Q. S. M. B.
--José María Iglesias.
P. D. Adjunto el informe del Sr. Dr. Hechler, que por haberlo producido en su idioma quise suprimir
su remisión.
A la mano se remite con el correo, el rollo de sal recogido en la referida mina; es un aguja que
forma una raíz a donde se congeló. Fecha ut supra.- Iglesias.
Es copia que certifico. Jalapa, Septiembre 3 de 1844.- J. J. Díaz.”