Según los grupos ambientalistas del Fondo Mundial para la Naturaleza, (WWF) y la Global Footprint Network, a principios de agosto la Tierra ya ha alcanzado el límite de explotación de sus recursos naturales para todo el resto del año 2017. La fecha, que este año es más temprana que en 2016, significa que la humanidad sobrevivirá “en crédito" hasta el 31 de diciembre.
"Para el 2 de agosto de 2017, habremos usado más de la naturaleza de lo que nuestro planeta puede renovar en todo el año", dijeron los grupos en un comunicado.
Esto significa que en siete meses emitimos más carbono que los océanos y los bosques pueden absorber en un año, pescamos más peces, derribamos más árboles, cosechamos más y consumimos más agua de la que la Tierra pudo producir en el mismo periodo. Según los activistas, se necesitaría el equivalente de 1,7 planetas para producir suficientes recursos naturales para igualar nuestras tasas de consumo y una población en crecimiento.
Para ayudar a revertir la tendencia, los activistas y las organizaciones benéficas aconsejan comer menos carne, quemar menos combustible y reducir el desperdicio de alimentos.
Según la Global Footprint Network los alimentos constituyen el 26% de nuestra huella ecológica mundial y que si redujéramos los residuos alimenticios en la mitad, consumiéramos menos alimentos con alto contenido proteínico e introdujéramos en nuestra dieta más frutas y hortalizas, podríamos reducirlo al 16%.
Por otra parte, nuestra huella de carbono tiene el mayor impacto, un 60%. Se requeriría el equivalente de 1,7 planetas para producir lo suficiente para satisfacer las necesidades de la humanidad a las actuales tasas de consumo.
El límite de recursos de la Tierra lleva calculándose desde 1986, y llega cada año más temprano. En 1993, se produjo el 21 de octubre. En 2003, el 22 de septiembre y en 2015, el 13 de agosto.
Las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la quema de carbón, petróleo y gas representan el 60% de la huella ecológica de la humanidad en el planeta.
No obstante, todavía estamos a tiempo. Las personas pueden contribuir a detener, y eventualmente revertir, la tendencia al comer menos carne, quemar menos combustible y reducir el desperdicio de alimentos.