Al estilo del moto sicariato muy recurrido en esta localidad, y de once impactos de proyectil, calibre nueve milímetros (por los casquillos percutidos encontrados) fue asesinada este viernes al medio, la profesora normalista de la escuela primaria, “Pablo Hernández Pérez”; Deyanira Rodríguez Zúñiga, quien contaba al morir con de 37 años de edad.

El fatal suceso ocurrió al filo de las 12; 20 horas, en la calle Hermenegildo Galeana de la colonia Santa Clara, cuando la profesora salió de la escuela para abordar su vehículo Toyota, tipo Yarís de color gris plomo, modelo 2013, con placas de circulación YLC-5879 del estado de Veracruz.

Al momento en que se acercó a su vehículo, llegaron dos sujetos desconocidos, a bordo de una motocicleta y le hicieron diecisiete disparos, once de los cuales hicieron impacto en tórax, brazos y cráneo, cayendo al pavimento la víctima sin vida.

En el interior del vehículo, quedó el menor Roberto Blanco Zúñiga de siete años de edad, escolar de segundo año de primaria, hijo de la víctima, quien resultó ileso y solo alcanzaba a gritar; ¡Malditos, Malditos, la mataron!, mientras los dos ejecutores escapaban. Es de mencionar que el homicidio ocurrió a menos de doscientos metros de la oficina de la fiscalía y Servicios Periciales, sin que hubiera alguna patrulla policíaca cerca.

Es tan alto en número de crímenes cometidos sobre mujeres (no todos son feminicidios) que se desconoce con certeza cuantos asesinatos van en los últimos años. La docente fallecida era ampliamente conocida en la localidad, egreso de la escuela normal Manuel C. Tello, en el 2005, con Cédula Profesional 4507540, siendo integrante de una familia de profesores muy conocidos en la región.

Al lugar acudieron el fiscal, y personal actuante, así como elementos del servicio médico forense, para la diligencia de levantamiento del cuerpo y posterior estudio médico pericial, así como docenas de policías que como ya es costumbre llegan solo a tomar fotos y videos. Sobre el móvil del homicidio, se mencionó que se encasillaba más a una venganza, y por la saña en que se encargó el asesinato, ya se tiene una idea concreta, de que motivo pudiera estar detrás del crimen, pero desafortunadamente la fiscalía no cuenta con equipo de investigación.

Juan Antonio Valencia Minatitlán, Veracruz. México. / El Debate