¿Qué objetos solemos olvidar al hacer la maleta?

10-Abril-2017

Según una lista elaborada por la agencia de viajes online Muchoviaje, los olvidos más recurrentes a la hora de hacer la maleta se producen con cosas que resultan poco visibles cuando deambulamos por la casa. El primer puesto lo ocupa el cepillo de dientes, acaso porque no suele estar en el neceser, objeto de aseo que más presente tenemos al empacar.

El pijama ocuparía el segundo lugar, ya que a menudo está en un cajón que no abrimos o bajo la almohada. Le sigue el cargador de móvil, muchas veces olvidado en el enchufe de casa. Y después las gafas de sol, porque se han quedado en el bolso diario o sobre el mueble de la entrada.

¿Y en el viaje de regreso? También entonces se producen descuidos, y suelen ser más serios: las anécdotas van desde dejarse olvidada una alianza hasta uno de los hijos –cierto como la vida misma–, el manuscrito de una novela o una dentadura postiza. Aunque, en general, se trata de objetos cotidianos: guantes, gorras, sombreros, cosméticos, móviles, libros, gafas de lectura, paraguas, calzoncillos sucios… 

Muy a menudo, la ropa enviada a lavandería forma parte de esos olvidos. Y también los juguetes sexuales, que se esconden tras su uso –no precisamente en la maleta– y raramente son requeridos. Algo que no sucede cuando se trata de dinero, cuya reclamación siempre conlleva problemas. 

Según informes de distintas cadenas hoteleras, los objetos encontrados en sus habitaciones a lo largo de un año acumulan un valor medio de en torno al millón de euros. Claro que, a veces, el importe emocional puede superar todas las expectativas, como el corpiño diseñado por Jean Paul Gaultier que se dejó Madonna en un hotel y con el que se fotografiaron todas las empleadas antes de devolvérselo a su legítima dueña a través de la productora.