‘Trata a los demás como quieres que te traten’ es un principio de moral que a muchos padres se les olvida aplicar con sus hijos. Pensando que ellos tienen el poder sobre los hijos, olvidan que ellos no tienen poder sobre ellos, lo que tienen es la responsabilidad de convertir a esos preciosos niños en adultos de éxito. A través de su propio ejemplo y con una buena guía que les señale el camino correcto, pero con la flexibilidad suficiente como para poder respetar la idiosincrasia individual.
Para tratar a los hijos como te gusta que te traten a ti, deberás dejar a un lado tu inseguridad y miedos que puedas tener como padre o madre. Deberás regalarle lo más preciado que existe en esta vida: tiempo. Tus hijos deben saber en cada momento de sus vidas, que son las personas más importantes para ti.
Escucha a tu instinto
Puedes leer todos los manuales de crianza que quieras o acudir a conferencias de las personas más celebres del mundo en cuanto a maternidad, pero si no escuchas a tu instinto no estarás avanzando nada. Cuando no te comportas bien con tus hijos notarás un nudo en el estómago que te avisa de que lo que estás haciendo no está bien. En cambio, si no lo escuchas, entonces es probable que grites más de la cuenta.
Tu hijo ni quiere ni necesita que le grites, no entiende de crítica ni de ironía destructiva. Tu hijo merece ser tratado con respeto, con dulzura y con todo tu amor. A los niños no hay que domarles como a una fiera, para que funcionen y avancen, hay que amarles. Tu instinto es la mejor estrategia educativa que existe en el planeta.
Los niños son buenos por naturaleza
Los niños son buenos por naturaleza, cuando llegan al mundo son como un libro en blanco que hay que escribir. Tu ejemplo y tus enseñanzas como padre o madre será el contenido de ese maravilloso libro. Los niños son nobles y para que sigan siéndolo tienes que tratarles desde lo más profundo de tu corazón con afecto y sin inseguridad.
No tengas miedo de ser padre o madre, habrá días que sean mejores que otros. Tampoco te obsesiones si no puedes apuntarle al mejor colegio de la zona o si no puedes comprarle lo mismo que tienen sus amiguitos de escuela… Ellos no necesitan nada material para ser felices, te necesitan a ti.
Tu hijo necesita entender al mundo a través de tus enseñanzas. Ellos actúan dependiendo de sus necesidades emocionales y jamás actuarán por maldad. Si crees que un niño no se está comportamiento bien, deja por un momento el comportamiento a un lado e intenta escuchar las emociones que se esconden detrás de esa mala conducta.
Tus hijos necesitan tu mano al cruzar la calle, tu cuento por la noche, tu abrazo antes de ir al cole, tus ‘te quieros’ durante todo el día, tus besos en los momentos más inesperados, tu tiempo, tus juegos… ¡te necesita a ti! ¡Tú eres su mundo y se construye gracias a ti!
Acompaña a tu hijo
Conecta con tu hijo cada día, entiende sus emociones igual que te gusta que otros entiendan las tuyas. Mira a los ojos a tu hijo y comprende esa emoción que no es capaz de decirte con palabras. Auto regula tu comportamiento y tus enfados, comprende tus propias emociones primero y así, comprenderás mejor a tus hijos. Todo se basa en el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Si tratas con respeto a tus hijos, crecerán siendo personas respetuosas con los demás.
Comprende y acompaña a tus hijos, permite que sientan y comprendan sus emociones, que nunca os falte amor, permite que lloren cuando lo necesiten… ¡juega con ellos!