En vísperas de que se lleve a cabo  la elección de la dirigencia nacional del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, hay por lo menos una veintena de aspirantes que tienen las intenciones de trabajar por las bases petroleras: unos con posibilidades reales, otros  solo con sueños guajiros fomentados por amiguísimo gubernamental.

Es el caso de José Salud Ramón Magaña, un senecto trabajador jubilado de la sección 31 de Coatzacoalcos, delegación Tabasco, quien tiene por lo menos un cuarto de siglo de gozar de su jubilación, pero que hoy quiere ser dirigente del STPRM, solo por ser amistad del mismísimo presidente de la República: esa es su mayor carta.

Y es que en sus giras de trabajo argumenta que la ley se lo permite, aunque en la actualidad, el estatuto del STPRM es muy claro en los requisitos de elegibilidad: ser  socio activo (de planta).

Ciertamente, un trabajador jubilado no pierde sus derechos por ser jubilado, sigue siendo socio de la sección sindical a la que pertenece; sin embargo, a lo único que no tiene derecho es a votar y ser votado, eso es en el STPRM y todos los sindicatos nacionales e internacionales.
No es un invento, así son las reglas del juego.

Sin duda, la política sindical petrolera se pondrá el rojo vivo y los mejores gallos sacarán sus mejores cartas: entre las pasiones y las descalificaciones.

#AquíEntreNos, hay 2 realidades que deberán tomar en cuenta: la unidad será vital en este proceso y también la experiencia de los aspirantes. Está sabido que los experimentos salen caros...y ejemplos hay muchos.

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