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Por: LILIANA CORONA SAYUNE

Hoy comparto algo que en realidad me preocupa y toca algunos de mis pensamientos más recónditos por una situación que el quehacer diario de un reportero que cubre todo tipo de fuentes  puede vivir: la cobertura de un evento y hoy me tocó ir a la elección del cabildo infantil Nanchital 2015, evento que se realiza en todo el Estado.

Como es costumbre, a través de sayune.com, se trata de informar los aconteceres diarios y casi de manera inmediata y hoy no fue la excepción; sin embargo, la respuesta de muchas personas sobre la ganadora de este concurso infantil, que a mi parecer, es un extraordinario evento para conocer los ideales de nuestra niñez, escuchar su postura ante los problemas y sus sugerencias para solucionarlas, a través del cual las escuelas envían a sus mejores cartas para poder competir y ser votados de manera libre y secreta, en verdad que así fue.

El sacrificio social para Zyomara, tuvo un solo pecado: ser miembro de la familia Yuen. (Sobrina del ex alcalde de Nanchital, Alfredo Yuen Jiménez, sus padres son completamente ajenos a la vida política de Nanchital).

Me preocupa como madre, el sentir de nuestra sociedad por juzgar a los niños solo porque forman parte de conocidas familias…entonces, ¿dónde está el esfuerzo y la dedicación de la pequeña Zyomara, de sus maestros y de sus padres que la prepararon para llegar a esta competencia?

¿Dónde quedan las horas de esfuerzo, el sacrificar sus momentos de juego, el aprender a dominar sus nervios, el enfrentarse en un foro donde están presentes  las autoridades, a los medios de comunicación,  el no querer salir corriendo de ahí apenado?

Me angustia como mamá que el día de mañana mis hijas o los hijos de mis amigos sean juzgados únicamente por llevar un apellido, ¿Dónde queda el derecho de los niños a ganarse su propio lugar? Sin temor a equivocarme, cada padre de familia que leerá estas líneas, quiere lo mejor para sus hijos, los prepara para ser fregones en la vida y seguramente anhelamos que sean mejor que uno mismo.

El quehacer político de la familia Yuen es una situación a juzgar de manera muy personal, cuando llegue el momento, cada uno de ustedes los votantes podrá externarlo a través del sufragio (si alguien más de ellos aspira a otro cargo público), pero rechazo la crueldad con la que la niña Zyomara fue sacrificada.

Si las autoridades municipales están haciendo su papel bien o mal, tampoco es problema de la niña.

Eso sí, mi reconocimiento a cada uno de los participantes, quienes estuvimos en el evento nos quedamos con la boca abierta, son excelentes oradores, para cada uno de ellos mi admiración y respeto.